“Zorro había tenido una vida larga y feliz, pero ahora estaba cansado. Observó su querido bosque una última vez, cerró los ojos y se quedó dormido para siempre”.
La pérdida de un ser querido siempre es una experiencia dura y dolorosa. En la literatura infantil cada vez hay más títulos que abordan el tema de una forma natural y sencilla para hacérselo entender a los más pequeños. Hace tiempo os hablé de Efímera, y hoy os hablo de otro de esos títulos: El árbol de los recuerdos.
Conocemos a Zorro, un animal que ha tenido una vida larga y feliz, pero que ahora está cansado, muy cansado, por lo que se va a su lugar favorito del bosque, contemplándolo por última vez antes de cerrar los ojos para siempre. Se respira paz en el ambiente y Búho, que lo ha visto todo desde el árbol, baja para posarse junto a su amigo. Sabe que la hora de su amigo ha llegado, aunque no puede evitar estar triste.
Poco a poco van llegando otros animales que también conocían y apreciaban mucho a Zorro. Es entonces cuando cada uno empieza a contar y compartir con los demás anécdotas vividas con el fallecido. Mientras los animales hablan, una pequeña planta naranja comienza a brotar en el mismo lugar donde Zorro se había tumbado, creciendo y haciéndose más fuerte con cada historia contada. Esa planta se convertirá en un precioso árbol que dará cobijo a muchos seres del bosque…
Me ha encantado este cuento lleno de sensibilidad y simbolismo donde los recuerdos y el cariño son el bálsamo a la pérdida, lo que hace que el ser querido, lejos de ser olvidado, esté presente, de una forma diferente, pero presente.
El pase de diapositivas requiere JavaScript.
Ya os hablé en otra ocasión de Britta Teckentrup, la autora, con «Bajo el mismo cielo», y es que tengo debilidad por sus ilustraciones y su sencilla forma de contar historias. Debo decir que estoy especialmente sensibilizada con el tema de la muerte, y que, aunque este cuento esté orientado al lector infantil, no he podido evitar emocionarme al leerlo. Una historia tierna y emotiva sobre la pérdida y el duelo que sin duda recomiendo.
Y colorín colorado, esta entrada se ha acabado.